He vuelto, para ustedes, y para mi...

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Si, hace tres meses que no escribía. No tenía problemas de tipo técnico ni literario. Mucho menos anímico. Sólo dejé de escribir. Hace ya un par de semanas que vengo dándole vueltas al asunto del porqué dejé de plasmarme en este espacio, del porqué, en un instante, renegué de lo que había comenzado. Creo que dentro de los millones de bloggeros que existen actualmente, no debo ser el único con esta especie de crisis de “esencia”, de lo que en verdad significa ser un bloggero.

Mientras me daba de cabezazos con los sin razones, llegó a mi correo el anuncio de blog de una muchacha amiga mía, de años por cierto, y cuya peculiar característica radica en que sólo nos habíamos visto en un par de ocasiones en vivo y en directo. La vi y bueno, pensé que ese espacio recientemente fundado podría ser una mejor forma de no perder la noción de su pensar (saludos Karem…). Luego, al otro día, unas escasas horas más tarde, Javsita me recriminó dulcemente por dejar de escribir (muchas gracias por el remezón).

Una vez que leí su post, comprendí que en realidad lo que me hacía dejar de escribir, más que ninguna otra cosa, es la poca noción que tenía de mi mismo. Recuerdo que varias veces, me quedé sin tema. A veces hablar tanto de los otros vacía lo que se opina de uno mismo… y necesitaba hablar de lo que veía, lo que sentía, lo que pensaba… y no estaba asimilando ninguna de las tres cosas. Para mi la vida se esta transformando en algo así como el túnel del metro… vas tan rápido que no alcanzas a ver sus dimensiones, estructura, su luz… es necesario bajarse del vagón del metro para sentir su olor, su temperatura, el ruido que hace pisar sus pasillos estrechos, su altura, su verdadera longitud… creo que bajarse del vagón del metro de la vida implica disfrutar más con las cosas obvias, de las cosas que no nos volteamos a mirar… para lograrlo debes bajar conceptualmente de la vida, del tipo de vida que la vida misma te obliga a vivir… esta vida desenfrenada, de empujones, de competencia, de guerras… y dar camino al valor de la vida, como expresión máxima del ser, como cristalización del existir y el devenir…

La tarea no es simple, pero hacer la hoja de ruta, ya es hermoso…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que lindo es darse cuenta que disfrutar la vida es más bien simple...porque somos seres simples, que si bien somos racionales y nos jactamos de aquello, al final lo unico que nos mueve es lo que sentimos...bajarse del metro de la vida y disfrutar de las cosas simples, creo que es la manera de encontrar esa paz y sentido que buscamos todos, y que mejor que hacerlo en compañía de quienes quieres (por lo menos), ya que al final de nuestros dias lo único que nos aferra a este mundo y nos hace especiales está en los recuerdos de los que quedan...cuando jugamos juntos, conversamos, cuando discutimos y perdonamos, cuando nos fumamos un pucho sentados en la plaza, las risas y penas colectivas,en fin...las cosas simples de la vida...que, aunque a veces no nos damos cuenta, están muy cargadas de sentido, y aprender a ver esto y sobre todo vivirlo no es fácil pero si hermoso

Anónimo dijo...

Get the life, man!

Parece que viajas mucho enterrado en el metro, je je je... Pero es como lo mismo que mirar el cielo en una noche normal de santiago y mirarlo en el campo. Tanta luz no te deja ver el cielo estrellado.
Afortunadamente, como dices, no falta el que te da el palo y te remece la anteojera que no te deja ver hacia los costados.
Yo espero sentarme y saborear esta vida antes de seguir en este frenético viaje... pero ahora el carro va muy rápido.
¡Nos vemos en la siguiente estación!